miércoles, 17 de noviembre de 2010

EDIFICIO "LAS TORRES"

El entorno de la Playa de San Juan experimentó, a lo largo de la década de los años 60, un crecimiento turístico muy fuerte que se traduce en el volumen construido y en una escasa calidad de las construcciones. Las urbanizaciones en la mayoría de los casos vulneran el paisaje al amparo de una legislación permisiva.

La urbanización "las Torres", proyectada en 1968 por Juan Antonio García Solera y de iniciativa privada, se emplaza en la Albufereta de Alicante, separada de la playa por una carretera que discurre junto a la costa.

El conjunto se resuelve como la yuxtaposición de varias torres de diferente altura, 12, 13, 14 y hasta 17 plantas que componen una imagen con predominio de la verticalidad. Las torres se solapan de forma fragmentaria buscando las mejores vistas y las mejores condiciones de asoleamiento. De esta forma se consigue que todas las terrazas se orienten hacia el sur y que el resultado en planta sea muy dinámico, con muchos quiebros.  El conjunto no se apoya directamente sobre el suelo sino que emerge de una plataforma, que consta de dos plantas, de la que se despega ligeramente.

Los bloques se organizan entorno a cuatro núcleos de comunicación vertical. Cada una de estas cajas sirve a tres viviendas de ajustadas dimensiones. Las plantas, baja y entreplanta, de la plataforma ocupan una gran superficie rectangular y albergan funciones diversas. Además, en la parcela se incluye una zona de aparcamientos y otra de esparcimiento que incluye deportes, juegos para niños y piscina.

La estructura de hormigón armado sigue una estricta modulación (2.8x2.8 metros) Las pantallas opacas de hormigón visto que recorren en altura la edificación son introducidas por primera vez en el paisaje de la playa alicantina en esta urbanización. Las celosías que coinciden con los núcleos de escalera o con las galerías de servicio son de cerámica vidriada verde. Los acabados de revoco junto a la carpintería, constituyen el tercer y último ingrediente en el repertorio material de este conjunto.

Tras un pequeño análisis y en la búsqueda de la obra de arquitectos contemporáneos, podemos afirmar que García Solera se pudo basar en los diseños de viviendas unifamiliares de su colega J.A. Coderch de Sentmenat. La obra de este arquitecto catalán destaca por lo rotura de las fachadas. De sus obras, la que más se asemeja a la urbanización “Las Torres” puede ser la Casa Rozes (1962), que se caracteriza por una disposición en planta a modo de recorrido que une el patio de acceso y el mirador del dormitorio principal, con retranqueos que le dan a las fachadas una mayor luminosidad y permite un mejor aprovechamiento de la luz y de las vistas del lugar donde se ubica. Este mismo criterio puede ser empleado en la concepción  de la urbanización las Torres, en la cual cada vivienda de cada torre tiene abierta la visión al mar sin impedimentos, lo cual se consigue con los retranqueos modulados en la cuadrícula fundamental.



En la disposición de las viviendas, el autor juega con los contactos de los rectángulos que la conforman, con el condicionante de que el contacto entre viviendas de una torre sólo se produzca en una esquina o en una cara. Si observamos de forma separada cada torre, sólo la torre C tiene excepcionalmente y probablemente por limitación de espacio a edificar un contacto con dos lados, compartiendo una longitud de dos lados.

La relación 1:1,5 está presente en todas las formas geométricas de la planta desde la modulación del salón, la terraza, el conjunto de la vivienda terminando hasta el recinto que envuelve toda la edificación en altura. 

La planta definida se erige hasta una altura de 17 plantas, sobre la cota +40,00 msnm, conformando un elemento de una esbeltez extrema cuya primera planta se encuentra ya sobreelevada dos alturas.

Los cuatro edificios de viviendas (o torres) se unen envolviendo la piscina, de los cuales a excepción de cuatro viviendas, todos los salones y las terrazas dan a la piscina y las zonas ajardinadas de la urbanización. Tal como se ha comentado, la vivienda está planteada para el uso vacacional, pensando en un desarrollo de la vida en el exterior y dentro de la urbanización. Las viviendas tienen una superficie útil de 56 m2 de los cuales 6 m2 pertenecen a la terraza o balcón que dispone cada vivienda. 

El paso del tiempo, las necesidades de espacio y el paso de segunda residencia a primera residencia o segunda residencia de estancia prolongada obligaron a ocupar la superficie de la terraza como parte del salón. or otro lado, algunas viviendas han sufrido importantes reformas interiores al unirse dos viviendas en una sola. La distribución y disposición de las habitaciones responde a una estructura habitual en JA García Solera, el cual a partir de un distribuidor de pequeñas dimensiones conectado con el salón, permite el acceso a las habitaciones y al aseo. Podemos comparar la distribución del interior de las viviendas con la distribución empleada en los Bloques del Complejo Vistahermosa, observando la gran semejanza, sobre todo en la torre A.